¿Te aburrías en la escuela?
El aprendizaje a lo largo de los años ha ido evolucionando junto con la sociedad, aunque a nuestro parecer no ha evolucionado lo suficiente. Es evidente que algunos cambios sí se han logrado, sobre todo en el ámbito teórico, he aquí el problema, que no se ha logrado trasladar completamente al ámbito práctico. La causa principal por la que no se ha logrado es por la falta de recursos e inversión económica, como hemos dicho en reflexiones anteriores. Otra de las causas es por el rechazo de algunos profesionales a modificar sus métodos de enseñanza, principalmente los que llevan mucho tiempo enseñando, aunque por suerte, hoy día la mayoría intenta adaptarse en mayor o menor medida a los tiempos que corren.
Una de las cosas que no cambia en educación es la tendencia a clasificar a los alumnos según ciertas capacidades que creen que poseen o no, caracterizando a las personas como condición para así poder educarlas en mayor o menor medida. Esto es lo verdaderamente preocupante de la educación de hoy en día, ya que es algo que a efectos prácticos se podría haber evitado, y no se ha hecho. Día a día se infravalora y perjudica a millones de niños, cayendo en este error tan tradicional. A nuestro parecer, la principal manera de combatirlo es preparar adecuadamente a los nuevos docentes, ya que estos se pondrán en contacto con los que ya llevan tiempo en el gremio y podrán debatir con ellos y, en muchos casos, hacerlos cambiar de parecer respecto a este tema. Tampoco hay que perder de vista los cursos de formación permanente del profesorado, pues permiten que los docentes con más antigüedad accedan a los conocimientos que han podido disfrutar los nuevos, y de esta manera actualizarse favoreciendo siempre al alumnado.
Como en el vídeo se menciona, hoy día, no aprendemos por el placer de ganar cultura y conocimientos, sino que lo que realmente esperamos es una calificación numérica que reconozca el trabajo que te ha llevado conseguirlo. Esto es muy peligroso, ya que si con el tiempo se pierde esa motivación, ya no nos queda nada y deja de interesarnos el adquirir conocimientos, pues cuando se acaba la carrera, nadie te va a puntuar y reconocer tu esfuerzo y tú mismo no lo vas a reconocer tampoco, pues tu única motivación era extrínseca con un determinado fin.
Finalmente, comentando el hecho constatado de que se intentan aplicar las características de las ciencias físicas a las personas, prevenir de que no se puede determinar la capacidad de alguien basándose en una prueba, no muy convincente, que valora su capacitación genética, pues también actúa un factor esencial en combinación con el genético, que es el ambiental. Nosotras creemos firmemente que hace más quien quiere que quien “puede”, pues si un niño está siendo muy estimulado en casa y han conseguido despertar en él motivaciones y sueños que cumplir o metas que alcanzar, poco importa su predisposición genética, ese niño tiene unas altas probabilidades de logarlo. Por desgracia esto también ocurre a la inversa, por lo que debemos borrar de la cabeza de nuestros niños el “no puedo” para inculcarles las ganas de intentarlo.